Formas Pensamiento
Nuestros problemas, ya sean físicos o psicológicos, enfermedades físicas o situaciones emocionales no deseadas (estrés, tensión, culpabilidad, dependencias, cosas que se nos repiten constantemente y de las que no podemos o no sabemos deshacernos…), suelen tener su origen en las llamadas Formas Pensamiento, que acaban afectando tanto a nuestro cuerpo físico como a nuestra manera de enfrentarnos a las situaciones que nos ofrece vida.
Una Forma Pensamiento es una vibración, una energía que se acumula en nuestras capas sutiles y que tiene su origen en algún momento de nuestra vida, y que nunca es casual, obedeciendo su existencia a las lecciones de vida que hemos venido a aprender.
Una forma errónea de comprender un acontecimiento, un sentimiento impactante, una emoción mal gestionada, una vieja culpabilidad, miedos… Todo ello genera una auténtica “masa energética” que permanece en nuestro campo sutil y que permanecerá conectada con los centros energéticos en relación con el origen de aquellas emociones o situaciones. En la Forma Pensamiento se almacena la vibración de todo aquello relacionado con la energía con la que resuena: ruidos, colores, temperatura, emoción sentida, gente, voces, etc. Todo queda ahí recogido, aletargado. Posteriormente, algunos acontecimientos pueden reavivarla y alimentarla nuevamente. De esta manera va creciendo con el tiempo y atrayendo cada vez más y más situaciones que se nos repiten siempre y que nos causan una emoción negativa sostenida en el tiempo (p.ej, una historia de abandono).
Si no somos capaces de mirar hacia adentro y tomar consciencia de nuestras emociones y reacciones, de nuestros miedos…, la Forma Pensamiento seguirá su trabajo, seguirá siendo alimentada inconscientemente y creciendo, y llegará un momento en que acabe atravesando las distintas capas energéticas y tocando al cuerpo físico, provocando molestias e incluso enfermedades en aquellos órganos relacionados con los centros energéticos afectados por la Forma Pensamiento.
Los acontecimientos que provocan y/o alimentan una Forma Pensamiento pueden ser diferentes. Pero lo importante es la emoción idéntica que despiertan esos acontecimientos. Por tanto, para crear una Forma Pensamiento-enfermedad hace falta un acontecimiento físico, psíquico o energético que la persona no sabe gestionar y que se acompaña de una gran emoción (miedo, cólera, tristeza….). El aura ya no lo protege y se acaba desencadenando la enfermedad.
Formas Pensamiento típicas son las que nos producen sentimiento de abandono, rechazo, humillación, culpabilidad, injusticia, falta de aceptación… En general responden a aspectos básicos que todo ser humano necesita sentir atendidos.
Lo fundamental es señalar que no se trata del hecho en sí que la generó, normalmente neutro, sino de la interpretación que hicimos de ese hecho. Así, en los cuidados esenios, no se culpabiliza a nadie ni nada de nuestros males, sino que comprendemos que su influencia sobre nosotros, depende de nuestra comprensión y gestión adecuada de lo sucedido.
Es por todo esto que somos responsables de los pensamientos que emitimos y que pueden afectar a nuestra aura. La entidad-enfermedad se nutre permanentemente de los pensamientos no expresados que emitimos a diario.
«Todas las FP que nos estorban, son nuestras propias creaciones y ahogan nuestras almas y nuestros cuerpos impidiéndonos avanzar»
Formas Pensamiento (Anne Givaudan)
El cuidado esenio hace que tomemos conciencia de esas FP antes de que afecten al cuerpo físico. Es por tanto un proceso que aborda no sólo la enfermedad física sino, y sobre todo, la disfunción emocional que suele estar en el origen.
Es por esto que se necesita una gran implicación por parte de la persona que lo recibe en tratar de tomar conciencia, descubrir y afrontar, ayudado por el acompañante, todos aquellos viejos contenciosos con nosotros mismos, nuestros nudos no solucionados y a menudo olvidados. Si nuestro consciente hace por olvidar, el trabajo de destrucción no cesará mientras no está todo limpio.